martes, 24 de junio de 2008

Las peleas son partes imposibles de evitar en las relaciones. Hay algunas que son tontas, algunas que las hacemos para que el otro nos diga que nos quiere, pero están las graves, que son las que se vienen gestando de hace mucho hasta que un día explotan. Esas son las peleas más feas, porque son las que nos hacen más daño, son las que estamos esperando el día que terminen, pero ¿cómo terminan estas peleas? De la única forma que se de por terminado un pleito, es cuando una de las partes da la razón, cuando entiende el reproche del otro, cunado se decide a pedir perdón, o por lo menos a reconocer su error. Porque si hay pelea siempre hay 2 partes, porque tal vez no uno, sino los dos tienen la culpa, pero hasta que esta culpa no se reconoce, no se pasa al segundo paso, la reconciliación. Esta puede ser la parte más linda de las peleas, pero a la vez la más difícil. Comienza por aceptar las disculpas y los errores. Luego, que éstos queden en el pasado, y solo recordarlos para que no vuelva ocurrir. Para que sirvan en un futuro, y no que sean un obstáculo que se presente siempre. Porque para eso existen los conflictos, para que sean solucionados y no se vuelvan a repetir, o aunque sea, hacer todo lo posible, ya que significa que esa persona te importa.

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