Y vos que ahora te atrevés a hablarme y yo que me atrevo a escucharte, que siempre te espie, ausente pero con paciencia... yo haciendo de las mias, tropezando con la misma piedra, no una ni dos, sino tres veces.., quejándome de pelotudeces cuando a los verdaderos golpes me los comí como la mejor... sin chistar. Y de un día para el otro, me contaste todo... proyectos, frustraciones, deseos, rencores, miedos... me confesaste hasta el peor de los pecados...Yo que a veces, en una de esas noches en las que les hablo a mis pensamientos... me prometía imposibles... renegaba de mí como de nadie... todavia a veces lo hago, y ahora me tomo todo con mucha más calma. Por primera vez en mucho tiempo me siento tranquila... "Pasado el tiempo al fin, el espejo devuelve una imagen más familiar..."